Gracias a la tecnología y su capacidad de comunicarse rápida y fácilmente se han tomado algunos malos hábitos; uno de ellos es el pretender obtener un diagnóstico por medio de una consulta médica vía telefónica, por correo electrónico o incluso por redes sociales. Para poder llegar a un diagnóstico es necesario realizar el examen clínico general; evaluar los signos vitales, hacer un examen físico, e incluso pueden ser necesarias algunas pruebas de laboratorio. En algunos casos, cuando se trata de patologías muy evidentes, puede llegarse a un diagnóstico rápidamente; pero en patologías más complejas, sería imposible diagnosticarlas. Por ello, es muy importante comprender la importancia de visitar al Médico Veterinario cuando se busque tratar una enfermedad.
El Médico Veterinario es un profesional capacitado para poder llegar al diagnóstico de las distintas patologías que pueden afectar a las mascotas; para ello, hace uso de varias herramientas que le permitirán diagnosticar la enfermedad y posteriormente brindar un tratamiento para combatir dicha patología. Sin embargo; al no tener un diagnóstico certero, el tratamiento no será efectivo y el paciente continuará o empeorará el cuadro clínico de su enfermedad. De igual forma, es importante evitar a toda costa la automedicación de las macotas; como en el caso del Uso incorrecto de AINEs, que es bastante común y puede complicar el estado del paciente.
Para llegar a un diagnóstico certero, el Médico Veterinario competente deberá iniciar con la historia del paciente; esto es un de los pilares que sostienen el diagnóstico. Es necesario que los propietarios puedan revelar la mayor información posible; la mayor información verídica posible. En muchos casos, la historia es tergiversada por el mismo propietario, haciendo que el diagnóstico pueda desorientarse, y haciendo más difícil la labor del Médico Veterinario al momento del examen clínico general.
Luego de haberse recopilado la mayor información posible del paciente, se procede a la toma de signos vitales como lo son la frecuencia cardiaca, la frecuencia respiratoria, la temperatura, entre otros. Posteriormente; se procederá a realizar un examen físico, en el que se evalúa desde la nariz hasta la punta de la cola; se hace una evaluación dermatológica, cardiaca, respiratoria, gastrointestinal, neurológica, y demás. Algunas veces, las patologías pueden ser diagnosticadas por el ojo clínico del Veterinario, y hasta éste punto puede ser suficiente para llegar al diagnóstico de la enfermedad. Sin embargo, no siempre sucede de esta forma; hay algunas patologías que son más complejas, y es necesario realizar algunas pruebas de laboratorio, o incluso, de imágenes diagnósticas.
Las ayudas diagnósticas son de gran importancia en la medicina veterinaria, ya que pueden proporcionar información valiosa sobre el estado de salud de la mascota. A nivel de laboratorio se pueden realizar pruebas de sangre, de orina, de heces, y otros contenidos, cuyo análisis pueden orientar el diagnóstico de las enfermedades. En cuanto a las imágenes diagnósticas, se les considera de mucha importancia a las radiografías y ecografías (ultrasonido), ya que pueden proporcionar información de la morfología y fisiología de las estructuras internas del paciente.
Con la información obtenida de lo mencionado anteriormente, el Médico Veterinario analizará todo de forma integrada y le será posible llegar a un diagnóstico y brindar un tratamiento al paciente. Sin todo lo anterior, es imposible detectar las patologías, y mucho menos dar un tratamiento eficaz. Por eso, es de gran importancia el acudir a una consulta médica con un Médico Veterinario; ya que será el único que pueda ejecutar el examen clínico general de forma correcta, y solicitar ayudas diagnósticas en caso de ser necesarias, para conocer realmente qué patología es la que está afectando al paciente y tratarla de forma correcta.
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