Es bastante común que la mascota consentida de la casa tenga un pequeño percance y se lastime, rápidamente el dueño siente la necesidad de hacer algo para remediar el dolor que le aqueja a su amigo, sin embargo, no es algo tan sencillo. Hay que tener muchísimo cuidado con la medicación de las macotas, cuando no se cuenta con el aval de un Médico Veterinario, pero hay que tener un cierto cuidado con el uso incorrecto de AINEs (Antiinflamatorios No Esteroideos), ya que algunos de ellos pueden llegar a tener efectos nocivos para los animales domésticos, sobre todo aquellos medicamentos que son exclusivamente de uso humano.
Los AINEs son bastante comunes en los hogares, ya que suelen ser utilizados frecuentemente por las personas. Algunos de los más comunes son el Ácido Acetilsalicílico, Diclofenaco, Ibuprofeno, Naproxeno, Meloxicam, y muchísimos más. Dado que estos fármacos están al alcance de la mano, muchas veces son administrados a las mascotas con el propósito de que, el gran amigo de cuatro patas, se mejore. Sin embargo, el uso de muchos de estos medicamentos tiene efectos negativos en los animales, causando daños severos, que pueden llegar a ser incluso letales.
El gran problema con éste tipo de fármacos, es cómo funcionan en el organismo. En los animales domésticos, el uso de estos medicamentos puede iniciar con problemas en el tracto gastrointestinal, por lo que se observan síntomas como anorexia (falta de apetito), emesis (vómitos) y enterorrea (diarrea). Posteriormente, pueden presentarse otros signos más serios y complicados, debido a factores propios de cada medicamento, enfocándose en un caso de intoxicación, llegando a causar daño hepático (en hígado) y renal (en riñón).
Para comprender mejor el proceso, hay que saber que los AINEs bloquean una enzima (llamada COX) la cual previene que se dé el proceso de la inflamación y el dolor. Sin embargo, hay dos tipos de la enzima (COX-1 y COX-2), y una de ellas (la COX-1) se utiliza normalmente para protección de tejido gástrico, y la otra (la COX-2) es la que se involucra en los procesos inflamatorios. Lamentablemente, los AINEs bloquean ambas enzimas, dándose así un desequilibrio en los procesos normales del sistema digestivo, desprotegiendo la mucosa ante el jugo gástrico (que es ácido), por lo que puede llegar a causar graves daños.
El Ácido Acetilsalicílico, puede causar malestar estomacal, irritación de la mucosa, formación de úlceras y sangrado en el intestino. También inhibe la producción de cartílago, por lo que está contraindicado en animales con problemas articulares. Además, posee un efecto anticoagulante, que promueve el sangrado de heridas. Mientras que en el caso del Diclofenaco, Ibuprofeno y Naproxeno, al igual que el anterior, puede causar malestar estomacal, formación de úlceras y sangrado en intestino. Además, se le relaciona con daño hepático (hígado) y renal (riñón).
Los perros cuentan con medicamentos de uso exclusivo para ellos, como Carprofeno, cuyo principio activo tiene un efecto antiinflamatorio óptimo, dejando atrás los cuadros severos que pueden causar los otros medicamentos. De igual forma, los gatos tienen antiinflamatorios exclusivos con dosis adecuadas para su uso, como Meloxicam, garantizando su efecto antiinflamatorio. Sin embargo, dichos productos deben ser recetados únicamente por un Médico Veterinario, ya que incluso estos fármacos pueden llegar a tener algunos efectos secundarios si son administrados en dosis altas o por tiempos demasiado prolongados.
En algunos casos de emergencia, si es posible proporcionar ciertos medicamentos de uso humano, sin embargo, tiene que ser con estrictas indicaciones de un Médico Veterinario, y siempre tomando en cuenta que no debe de utilizarse por tiempo prolongado, ya que puede causar efectos secundarios que llegan a ser nocivos para la mascota.
He estado leyendo tus artículos, y este en especial lo encontre bastante informativo, por las cosas que uno diariamente suele ignorar y que por consiguiente se termina metiendo una pastilla en una salchicha para que se la coma el perro.